Hoy no tengo tema, y eso hace que lo disfrute aún más. Qué rica sensación, sentir el placer puro de escribir, escribir porque quiero, porque me nace, porque lo necesito, porque me dan ganas, porque ahora tengo la oportunidad. Por gusto.
Respiro, observo, me doy cuenta. Me quedo en silencio frente a esta pantalla blanca, sintiendo, armando el puzzle de tantos días que han dejado rastros, experiencias, sueños, ideas, conversaciones, aprendizajes, muchas risas, encuentros, cansancios, algunas angustias, más experiencias. Son muchas situaciones vividas, desafíos, aspectos superados, otros que me superaron y me la ganaron, sentirse frágil, volver a tomar fuerzas, levantarse de nuevo, conectarse por dentro. Seguir.
Hay que seguir caminando en la vida. Pase lo que pase hay que seguir. Es posible hacerlo, todos lo hemos logrado. Este fin de semana fui parte de un instante mágico que me recordó lo importante que es superar las dificultades que muchas veces nos creamos nosotros mismos, que nacen de la mente que todo lo quiere controlar, todo esto que sabemos que nos hace mal y que nos puede enfermar. Y ahí estaba. Escuchando atenta, conmovida, historias que son estremecedoras, que emocionan, que te ayudan a despertar, que te impulsan a crecer y mejorar. Nos reunimos para acompañar a un amigo muy querido, para decirle: "Acá estamos contigo". Sentir que alguien, que un otro necesita respaldo, apoyo, ayuda, cariño, ternura, una sonrisa. Es la cálida certeza de que no estás solo, que a pesar de todo, puedes confiar, puedes hacerlo, puedes seguir en la vida. Y puedes seguir bien. Que estamos todos, que estamos juntos, que nos queremos, que somos amigos pero de esos de verdad, profundos, emotivos, amigos del alma. Un grupo de personas ayudándose y queriéndose. Partimos con el salud de buena crianza. Conversamos de miles de temas, anécdotas, que cómo te ha ido, que cómo va la vida, que si supiste de, que si sigues con la danza y el gimnasio, que rico verte. Luego cada uno dijo lo que sentía. Escuchar a personas lindas que dicen lo que sienten. Vuelvo a recordar la magia de ese instante y vuelvo a tener esperanza en la vida y en las hermosas personas que me rodean. Los espacios y esas personas las encuentras o las buscas, no lo sé, no lo tengo claro. Pero están. Y escuchar la belleza de cada persona es algo único y entrañable. Es el mejor antídoto para curarse de las presiones del día, del estrés, del corre corre diario, de las penas, de las soledades. Nos emocionamos todos, hombres y mujeres. Todos se permitieron expresar, en su forma, en su tono, con sus palabras. Belleza pura, alimento para el alma. Alegría serena, abrazos y más abrazos. Qué bien nos hace. Qué bien me hizo esa velada.
Placer, escribir, escuchar Gracias a la vida, la Violeta qué mujer por Dios.
Bueno, ahora escucho a Bob Marley y me acurruco en mi silloncito y sigo contemplando Santiago. Presente, acá estamos. Sin tema, pero con vida, sintiendo mucho la vida. Y escribiendo.
Gracias por leer.